viernes, 20 de noviembre de 2009
Editorial
Como Grupo de estudio de Psicología Crítica tomamos la iniciativa de crear esta revista, Pánico en crisis: boletín de contrapsicología y Estudios Críticos, como una plataforma de participación y diálogo entre estudiantes, académicos y actores sociales en las más diversas áreas y disciplinas, con el sentido de promover la crítica a lo instituido, a sus fundamentos e implicancias, como también la creación de nuevas vías de acción y pensamiento para el cambio social.
¿Por que contrapsicología? Esta expresión la tomamos del boletín El rayo que no cesa, un movimiento que rescata las bases de la antipsiquiatría y se desarrolla en la década de los 90 en Barcelona. La contra psicología se opone a la psicología tradicional, denuncia al modelo clínico, en cuanto terapia significa servir y cuidar al status quo, es estudio desde una posición crítica sobre el pretendido status científico de la psicología y también es actividad, en la medida en que intenta articular un movimiento que lucha por los derechos de los ciudadanos que caen en el sufrimiento emocional, en la locura, en la marginación, producto de situaciones complejas que dependen del contexto histórico-social actual. De este modo, el sentido de la contrapsicología es humanizar la psicología, ponerla al servicio de la ciudadanía y no a los intereses de la dominación, denunciarla como ideología y cuestionarla en sus implicancias, fundamentos y prácticas. El elemento de este movimiento es la crítica. Pero, ¿cómo entendemos la crítica? ¿Cuál es su parámetro y naturaleza?
Usualmente la crítica se tiende a ver como algo abstracto y negativo, sin embargo, pensamos que la crítica es un posicionamiento efectivo en la realidad como alternativa, luego siempre referida a algo, en tanto está situada y determinada por la tradición histórica. Por ello siempre estará condicionada por relaciones de poder y susceptible de dominación. Por lo tanto, la crítica parte de una posición de poder que va posibilitándose y legitimándose en la realidad, de este modo, no es sólo denuncia, sino que también es un espacio de liberación y creación. Planteamos además que la acción del criticar no debe ser pensada como un mero acto individual, donde el individuo enuncia su crítica de modo abstracto y racional, a través del puro juicio, sino que es producción y voluntad colectiva. De esta forma, la crítica es producto de un sujeto situado, es una crisis histórica y global cuyos efectos producen la subjetividad y no al revés, la crisis lleva a pensar radicalmente, a buscar la autonomía y posibilitar la transformación.
Siguiendo esta línea, hay que descartar la visión de crítica proveniente de una supuesta fuente de neutralidad y objetividad. Toda crítica se posiciona y entraña una voluntad de cambio. Es punto de partida para la emancipación, para la acción concreta en contra de la realidad establecida. Posibilita la contradicción y lleva en sí misma la superación de esta contradicción. La crítica permite reconocer posibilidades nuevas, hace suya la diversidad y promueve que las cosas pueden ser de otra manera, subvierte la mirada y abre nuevas perspectivas.
De este modo, esperamos que nuestra revista sea un espacio de discusión y reflexión crítica, una forma de promover, compartir y difundir la producción de conocimiento autónomo desde y para la comunidad. Este es uno de los pasos que hay que dar, después de todo, a los jóvenes y a los ciudadanos críticos les queda mucho por transformar, tal como dice Benedetti:
“(…) Entre el corazón propio y el ajeno
Sobre todo les queda hacer
Futuro a pesar de los ruines
Del pasado y los sabios granujas
Del presente”
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Comité editorial
Grupo de estudio Psicología Crítica
Contacto y recepción de artículos: panicoencrisis@gmail.com
domingo, 15 de noviembre de 2009
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